Enrique VIII de Inglaterra lleva cinco siglos anclado en el mito de ser un rey caprichoso, soberbio, sanguinario y mujeriego. Su leyenda es la de un monarca que desafió al Papa y a la Europa católica, que tuvo seis mujeres y que no le templó el pulso al mandar decapitar a cuantos interferían en su camino. Sin embargo, hay otro Enrique. Detrás del personaje, brilla un príncipe del Renacimiento, un hombre culto, amante de la astronomía, la música y la arquitectura, que convirtió a un país bárbaro en una potencia mundial, sentando las bases del gran Imperio Británico, hoy la Commonwealth.
Detrás del gran soberano, hay un Niño de casi dos metros de altura que no estaba llamado a ser rey, ni a casarse obligatoriamente con la mujer de su hermano. La imagen del corpulento y grueso Enrique VIII en nada se parece al joven de 17 años, atlético y deportista que accedió al trono en junio de 1509. Las razones que convirtieron a este joven brillante e inteligente en un rey malhumorado, tirano y sin escrúpulos siguen sin estar claras. Aparentemente, la falta de un hijo varón pudo ser la clave del comienzo de una lucha sin fin. Aunque tal vez, quien le hizo perder la cabeza fuera la pasión por una mujer: Ana Bolena. Lucha tras lucha, mujer tras mujer. Después, solamente fue un seguir hacia delante luchando contra todos, entre ellos, la Iglesia católica, que se convirtió en el gran enemigo a batir. El rey renacentista de su juventud se perdió para siempre y dio paso al rey con la leyenda más atroz, que transformó Inglaterra, de un pequeño reino a un gran reino temido, y que cambió su religión de Católica a Anglicana. Al final, la historia le pasó su tributo, e hizo que dos reinas, primero la católica María y posteriormente, la anglicana y huérfana Isabel I, la hija de la asesinada Ana Bolena, accedieran al trono. El guión de vida de Enrique VIII tiene mucho que decirnos. Nos aporta algunas claves curiosas, algunas claves confusas, pero otras claves, totalmente definitivas.
Henry VIII of England leads five centuries anchored in the myth of being a capricious, superb, murderous and womanizing King. His legend is a monarch who defied the Pope and Catholic Europe, which had six women and that not tuned pulse to send behead those who interfered in his way. However, there is another Henry. Behind the character, shines a Renaissance Prince, a man worship, lover of astronomy, music and architecture, which developed to a barbaric country into a global powerhouse, laying the groundwork for the great British Empire, today the Commonwealth. Behind the great sovereign, there is a child of almost two metres in height which was not called to be King, nor to necessarily marry his brother’s wife. The image of the burly and thick Enrique VIII nothing resembles the 17 year old, athletic and sporty who acceded to the throne in June 1509. The reasons that made this young bright and intelligent in a grumpy, tyrannical King and unscrupulous remain clear. Apparently, the lack of a son might be the key to the beginning of a struggle without end. Although perhaps, who caused him to lose his head was a passion for a woman: Ana Bolena. Fight after fight, woman after woman. Then only was a continuous forward to fight against everyone, including the Catholic Church, which became the great enemy to beat. The Renaissance King of his youth was lost forever and gave way to the King with the most outrageous legend who transformed England, a small Kingdom into a great Kingdom feared, and that changed their religion from Catholic Anglican. Ultimately, history gave back its his tribute, and made two Queens, first Catholic María and subsequently, the Anglican and orphaned Isabel I, the daughter of the murdered Ana Bolena, access to the throne. Henry VIII’s life script has much to tell us. It gives us some curious keys, some confusing keys, but other keys, completely definitive.
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