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El arquitecto Aburto y el edificio para el Diario Pueblo: de la vanguardia a la incomprensible pérdida del patrimonio español

  • Autores: Armando Valenzuela Moyano
  • Localización: I Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española: Vigencia de su pensamiento y obra: Actas digitales de las Comunicaciones aceptadas al Congreso. / coord. por Teresa Couceiro Núñez, 2014, ISBN 978-84-697-0296-3, págs. 986-996
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • El siglo XX generó sus propios tipos edificatorios, y uno de ellos es el de los periódicos. El periodismo moderno nació a principios del pasado siglo en Inglaterra y trajo consigo necesidades muy específicas para su desarrollo.

      Durante casi cien años los edificios dedicados a la prensa escrita se insertaron en las ciudades ocupando grandes volúmenes que pudiesen albergar el complejo mundo de la edición diaria. A finales del siglo XX con la irrupción masiva de internet, la externalización de las imprentas y la potenciación de la televisión personalizada, el periodismo en su forma original, murió. Y con esa muerte, una gran parte de los edificios destinados a esa función también desaparecieron o fueron torpemente transformados. Esta ponencia trata del desarrollo de uno de los edificios de periódicos más singulares y modernos que han existido en España: el Diario Pueblo, y de cómo una descabellada transformación lo hizo irreconocible, arrebatando a la ciudad una situación urbanística irrepetible.

      En abril de 1959, Rafael Aburto y Francisco de Asís Cabrero, firmaron el anteproyecto de la ampliación de la Casa Sindical, edificio que habían realizado juntos diez años antes. En la fase final del proyecto Cabrero asumió en solitario la ampliación propiamente dicha y Rafael Aburto se encargó del edificio del diario Pueblo y la Imprenta Sindical (Cabrero estaba construyendo en esas fechas el diario Arriba y abandonó el resto del encargo).

      El planteamiento del proyecto es el de un edificio en continua dialéctica con la Casa Sindical. Aburto optó por hacer un edificio de su tiempo; con la tecnología de principios de los 60 fue capaz de desarrollar una construcción con programa complejo en un medio urbano tenso. Solucionó las necesidades del edificio con elegancia y acierto a través de un prisma tenso y puro sobre un zócalo neutro. La composición de torre sobre basamento muestra la cercanía conceptual con otros edificios de la época, como el edificio de la SAS (Jacobsen) o el colegio de Arquitectos de Cataluña, (Busquets). Es precisamente en ese prisma donde se manifiesta la genialidad de Aburto al reinterpretar la fachada como una piel compleja y vibrante, formada por vidrio, metal y ladrillo conjuntados en un mínimo espesor, sin arrojar sombras, para enfatizar la pureza de la torre.

      Aburto dispuso en el subsuelo las rotativas y trabajos que requerían grandes máquinas y en la torre las oficinas y redacción. La planta de acceso se convirtió en una planta de transferencia que comunicaba no sólo lo vertical, sino también las calles opuestas en una suerte de planta evanescente.

      El diario Pueblo dejó de imprimirse en 1984. En 1983 RTE utilizó las plantas 8ª a la 10ª temporalmente como sede de las oficinas de redacción de informativos. Desde entonces y hasta 1991 el edificio permaneció cerrado y sin uso. En 1992 se convirtió en sede del Centro Económico y Social y sufrió entonces una trágica transformación que lo dejó irreconocible y que supuso una absurda e irremediable pérdida de nuestro patrimonio arquitectónico moderno.

      Palabras Clave: Rafael, Aburto, diario, Pueblo.


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