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Abracadabra

  • Autores: Sergio Sebastián Franco
  • Localización: II Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española: Aprender de una obra: Actas digitales de las Comunicaciones aceptadas al Congreso / coord. por Teresa Couceiro Núñez, 2015, ISBN 978-84-606-7879-3, págs. 554-563
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • �Para tanta gente que ha tenido escasos contactos con los ambientes judiciales, el recuerdo que les ha quedado de ellos es siempre extraño. (�) La impresión es extraña por lo poco que se acomoda a un posible ambiente más asequible y más inteligible� *.

      La obra original de los Juzgados de Plaza del Pilar de Zaragoza fue construida en 1959 por los hermanos Regino y José Borobio Ojeda, planteada dentro de la profunda operación para liberar un majestuoso espacio público urbano, que ya Regino desarrollara en 1937, y que dio como resultado la actual Plaza del Pilar.

      El carácter unitario de este nuevo y gran salón urbano se afirmó, desde un criterio de austero rigor compositivo con tintes regionalistas, a partir de su vinculación a los más notables edificios públicos de la ciudad, como son la Catedral de la Seo, la Basílica del Pilar, el Ayuntamiento, o el propio edificio de los Juzgados. La distancia de cortesía, la necesaria para separar la importancia de tan notables edificios, es la que dio medida a la gran escala de este nuevo escenario urbano. Pero es en su parte trasera donde Alejandro de la Sota proyecta en 1985 construir un gran equipamiento insertado entre las bambalinas del menudo tejido histórico residencial de la ciudad.

      La magia es aquello que nos permite pasar del mundo inteligible al de la ilusión, y a la vez, aprender de ambos. Para llevar a cabo tal proeza arquitectónica, y desde la no renuncia a esa falta de inteligibilidad y asequibilidad que da razón y sinrazón al arte de la magia, el arquitecto Sota desempeñó tres trucos:

      Con el primero resolvió la integración urbana del conjunto, partiendo de la premisa de que �la ampliación del edificio actual de los juzgados de Zaragoza es tan importante que cambia profundamente el concepto del mismo�. El nuevo edificio, entendido como una gran estructura urbana, aceptó con agrado que su principal fachada urbana fuera ya levantada años atrás, para trabajar en la importancia y el interés de todo lo pendiente, que es diluir -�desde el ansia de liberar la materia�** - una operación arquitectónica de gran tamaño en la suma de distintos bloques de escala cercana a su entorno.

      El segundo truco delató el verdadero cometido del mago, que �no es otro que ordenar una ambiente donde quien lo usa se encuentre a gusto en él, que el funcionalismo, en el amplio sentido del término, sea el correcto�*. Un gran vestíbulo público central organiza todo el conjunto, construyendo además una atmósfera natural y amable en el comprometido y complejo contexto judicial. Este espacio recoge el testigo del acceso principal del edificio original para gestionar adecuadamente el ajetreado pulso vital de los juzgados en su ámbito más público. Pero, de nuevo por arte de magia, se va filtrando de forma natural el acceso a los espacios privados de trabajo y despachos, que emergen, ya en reposo, en los bloques funcionales del perímetro.

      Para el tercero de los trucos el arquitecto necesitó emplear con tremenda precisión la técnica, el detalle, la medida, y el color ��patata, el color de Zaragoza�- para llegar a hacer desvanecerse en el casco histórico, con el apoyo de la visualidad como fuente de conocimiento arquitectónico, la contemporaneidad y la materialidad de los tersos paneles �tal vez sillares- Robertson, las afinadas carpinterías, los rugosos zócalos y las escultóricas bajantes.

      Apenas 25 años después de esta ampliación, la construcción de un nuevo complejo judicial que aprovecha la estructura restante de una exposición internacional, ha dejado sin uso a este magnífico equipamiento. Un compromiso por su merecida difusión, estudio y enseñanza, ha de contribuir a evitar que se desvanezca su magia más allá de lo que Alejandro de la Sota proyectó.


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