Uno de los problemas que los odontólogos atienden cada vez con mayor frecuencia son los desgastes dentales, que incluyen a la erosión, caracterizada por la pérdida crónica de la estructura mineral del diente por acción de ácidos no bacterianos. Se comparó el efecto erosivo en la superficie de esmalte dentario por acción de tres bebidas de alto consumo en la ciudad de Quito, a través de la valoración de la microdureza adamantina inicial y final, con el empleo del microdurómetro Rockwell. Para lo cual se utilizaron 65 bloques de esmalte con una dureza inicial entre, 320 y 366 Kg/mm2 según la escala Knoop. Los cuales fueron divididos en 32 y 33 elementos, para dos protocolos erosivos (con y sin saliva natural). Las bebidas empleadas fueron: Coca-Cola, Gatorade y V220; cada grupo fue sometido 10 minutos diarios por un período de 5 días a la acción de cada bebida (siendo omitido este paso en los grupos control). Al sexto día, se midió nuevamente la microdureza para determinar el objetivo propuesto. Los resultados fueron analizados con ANOVA, prueba Tukey y Prueba-T. Se concluyó que al aplicar los dos protocolos, hubo una disminución significativa de la microdureza del esmalte, siendo mayor en el que no se incluyó la saliva, donde sobresale la Coca-Cola (pH: 2,64) ya que la erosión guardó relación inversa con el pH de la bebida (a menor pH, mayor erosión). En cambio, cuando el esmalte estuvo expuesto a saliva, la erosión guardó relación con la composición y efervescencia de los productos, resultando ser el V220, el que presentó mayor erosión.
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