Introducción. El estimulador vagal es una alternativa terapéutica en los pacientes con epilepsia refractaria al tratamiento con fármacos antiepilépticos que no son candidatos a cirugía de resección. Objetivo. Analizar la eficacia del estimulador vagal en los pacientes pediátricos de nuestro centro. Pacientes y métodos. Conjunto de 13 pacientes implantados entre los años 2008 y 2013. Se registró la frecuencia de crisis previa a la implantación, al año, a los dos años y al final del seguimiento. Asimismo, se recogió el número de fármacos antiepilépticos utilizados, de forma cualitativa la mejoría conductual y el cambio en la intensidad de las crisis, así como la aparición de efectos secundarios y la retirada o no del dispositivo. Resultados. Al año, a los dos años y al final del seguimiento se había producido una reducción en el número de crisis del 61%, 66,7% y 69%, respectivamente, y uno de los pacientes se encontró libre de crisis a los dos años. Al final del seguimiento, un 23% de los que habían disminuido sus crisis había experimentado una reducción superior al 90%. De forma independiente al efecto sobre el número de crisis, el 77% de los pacientes presentó una mejoría en la intensidad y duración de las crisis, y ese mismo porcentaje mostró una mejoría conductual. Los efectos secundarios aparecieron en un 30,7% de los pacientes y fueron de intensidad leve. Conclusiones. A pesar del pequeño tamaño de la muestra, nuestros resultados indican que el estimulador vagal tiene una eficacia relevante en la población pediátrica farmacorresistente, tanto sobre la frecuencia e intensidad de las crisis como sobre la conducta.
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