En este trabajo sostengo la hipótesis de que Cuba pudo convertirse en uno de los grandes países productores de ron a escala mundial gracias a las economías externas generadas por el capital social. En efecto, los roneros cubanos tuvieron que hacer frente a las trabas arancelarias de España, primero, y de Estados Unidos después. Solo gracias a las redes económicas y sociales tejidas por los productores catalanes en los distritos industriales que formaron, las empresas productoras de ron redujeron sus costes y ganaron en competitividad. Por otra parte, tanto las restricciones arancelarias como los elevados costes de transacción internos llevaron a estas a la integración vertical y horizontal. Como resultado de este proceso, Havana Club y Bacardí eran en 1959 dos de las firmas licoreras más poderosas del mundo. Este texto trata de identificar a los fundadores, los orígenes, la organización y la estrategia de las grandes empresas cubanas no azucareras, no del todo bien conocidas por la historiografía.
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