En 1557, el cabildo de Cuzco recibió la noticia de la abdicación de Carlos V, así como la orden de reconocer a Felipe II como su nuevo soberano y proclamarlo públicamente.
La oligarquía cuzqueña obedeció el mandato y dispuso que se elaborasen dos documentos que certificasen al monarca la lealtad de la ciudad y le informasen de las fastuosas fiestas que habían celebrado en su honor. Con esos documentos analizaremos esta proclamación regia, explicando en qué consistió la ceremonia, cuál fue su significado y quiénes tomaron parte en ella.
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