El “monstruo” en Frankenstein de Shelley es un cuerpo forzado a convertirse en humano por sí mismo, sin la ayuda de otros seres humanos. Este proceso está condenado al fracaso, porque no hay humanidad sin socialidad. El caso del “monstruo” es confrontado con otros dos casos parecidos: la estatua de Condillac en Traité des sensations y el “lenguaje privado” en Wittgenstein en Investigaciones Filosóficas. Lo que al “monstruo” le falta es un espejo externo, social y lingüístico, dónde poder reconocerse a sí mismo como ser humano. La "criatura" es todavía demasiado humana para sobrellevar su nueva condición post-humana. En este artículo se analizan las principales consecuencias teóricas de tal estado híbrido. En concreto, este trabajo finaliza con la propuesta del concepto provisional "comunidad post-humana".
The “monster” in Shelley’s Frankenstein is a body forced to become human by itself, without any help from other human beings. This process necessarily fails, because there is no humanity without sociality. The case of the “monster” is confronted with two similar cases: Condillac’s statue in Traité des sensations and Wittgenstein’s “private language” in Philosophical Investigations. What the “monster” lacks is an external social and linguistic mirror where it could recognize itself as a human being. But the “creature” is still too human to endure its new posthuman condition. The main theoretical consequences of such a hybrid state are analyzed here. In particular, the paper ends with the proposal of a tentative concept of “post human community.”
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