La tipografía no es un medio neutro. Cuando un diseñador crítico busca facilitar la comprensión del mensaje y participar en el debate social, está obligado a cuestionar los modelos institucionalizados y provocar su subversión. Para ello debe hacerse cargo de la situación y considerar que: como ciudadano-diseñador su ética es activista y no está al servicio de las marcas sino del interés público; su trabajo sirve de apoyo a la persuasión noviolenta; con esta forma de comunicación visual promueve una estética autónoma y activa que está basada en la depropiación; y que el humor es un ingrediente esencial en su proyecto desobediente. Para ejemplificar estas prácticas militantes del diseño gráfico presentamos algunos ejemplos tipográficos desarrollados por el colectivo Un mundo feliz que aportan este carácter de reivindicación política, social y cultural.
Typography is not a neutral medium. When a critical designer seeks to facilitate the understanding of the message and participate in the social debate, it is bound to question the institutionalized patterns and cause subversion. The designer should take care of the situation and consider that: as a citizen-designer has an activist ethics and is not serving brands but the public interest; their work provides support for nonviolent persuasion; with this form of visual communication they promote an autonomous and active aesthetics which is based on depropiation; and that humor is an essential ingredient in their disobedient project. To illustrate these militant practices of graphic design we show some typographical examples developed by the collective Un Mundo Feliz that bring this character of political, social and cultural claim.
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