La literatura de detectives se ha convertido en una de las principales formas de entretenimiento en el siglo XXI. Sin embargo, ha recibido escasa atención como herramienta de subversión feminista. Las mujeres y los roles de género que se representan en estos textos se han convertido en productos culturales de subversión post-moderna que cuestionan los discursos dominantes y las estructuras de poder. Este artículo explora las políticas identitarias de construcción del cuerpo y sus consecuencias para la dramatización de las detectives contemporáneas.
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