No es que hubiera un runrún previo que auguraba un fracaso para la 31 edición de El Sol, como se lamentaba el director del festival, Jordi Palomar, en rueda de prensa (y en el trasfondo el eco de una exitosa edición del Día C en su nueva sede de San Sebastián). Sin embargo, y a pesar de que las cifras, tanto de asistentes como de inscripciones, han sido positivas, lo cierto es que la de este año no ha sido una edición de El Sol especialmente brillante. La ausencia notable de algunos de los más renombrados creativos, junto a la escasez de grandes premios, han contribuido a ello.
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