Se presenta el caso de una persona de 38 años a la que se le inyectó en las encías, en dos dosis de cinco centígramos de clorhidrato de cocaína, con el objeto de practicar la abulsión del 2º grueso molar inferior derecho. Al siguiente día de realizar el proceso, los párpados de ambos ojos se hicieron asiento de un edema blanco y transparente que después de 48 horas desapareció sin dejar huella alguna. Tras varios estudios, se cree que se trata de una parálisis vaso motriz consecutiva de la acción del medicamento.
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