Continuación del artículo publicado en La Odontología, 1900 OCT IX(10), DIC IX(12) y 1901 FEB X(2), SET X(9) y OCT X(10). Las toxinas pueden causar inflamaciones puramente locales, pero también en las infecciones generales pueden localizar sus manifestaciones sobre el ojo. Existen dos clases de lesiones de este tipo, la debida a embolias bacterianas y la debida a la acción de las toxinas que han llegado al ojo mediante la circulación. La propagación del proceso morboso del diente hacia el ojo se efectúa por intoxicación de vecindad, no por una auto-intoxicación mediante la difusión de toxinas en la sangre; éstas son recogidas por las venas dentales o por otras, según los sitios afectados.
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