La anestesia puede llevarse a cabo mediante la compresión de los vasos del cuello, que ocasiona un sueño profundo con pérdida de la sensibilidad y relajación muscular consecutivas. El Dr. Bonwill explica estos efectos mediante la distracción de la voluntad producida por el esfuerzo que exige hacer cien inspiraciones por minuto; la hiperemia cerebral, forzosamente llevada por el retardo de la salida de la sangre del cerebro, puede también dar cuenta de la analgesia.
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