Una infección está causada por una inoculación accidental o provocada de los gérmenes dentro del organismo; o bien porque éste se encuentre deprimido y los que estén dentro de él pueden actuar. Para que el germen inoculado pueda vivir es necesario que el germen sea activo, que sea virulento, que se encuentre en el medio adecuado y que el organismo debilitado o enfermo no lo pueda resistir.
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