Casi todas las enfermedades de las encías llevan a la piorrea. El tratamiento depende más de la manera de vivir que de la administración de drogas: hay que procurar limpiar la sangre purgándose con frecuencia; debe cambiarse la alimentación por el pan negro, frutas, vegetales, nueces, etc. Es indispensable la respiración robusta y profunda, el ejercicio al aire libre y dormir en habitaciones muy bien ventiladas.
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