La región bucal mantiene su normalidad a pesar de su rica flora microbiana, por las condiciones de su revestimiento epitelial, por las de su secreción salival, por su leucocitosis abundante y por los efectos de la concurrencia vital, coadyuvando en todos estos hechos el ejercicio de su función masticatoria. Se rompe el equilibrio y estalla la enfermedad por toda alteración del estado general determinada por cambios bruscos de temperatura, traumatismos, fatigas, indigestiones, impresiones morales, etc. Las condiciones del terreno son, pues, un factor importantísimo a tener en cuenta en las enfermedades de la boca.
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