El hecho de que un diente, al comenzar su erupción en la encía, por causas de herencia o accidentales se desvía, y esta desviación conduce al desequilibrio y desarreglo de todos y cada uno de los dientes restantes, da por resultado que un accidente pequeño crece y toma grandes proporciones cuando no se toma en consideración debidamente a su tiempo.
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