Una retención tiene como fin conseguir una oclusión lo más perfecta. Es importante la edad en que empezamos nuestras regulaciones: las intervenciones deben hacerse en la edad más temprana posible, nunca debemos aconsejar la espera, pues nuestras manipulaciones son más eficaces y mejor toleradas. Es necesario tener también un perfecto conocimiento de la etiología de la maloclusión; un gran número de casos de malposición tienen como causa enfermedades de las fosas nasales. En casos de maloclusión con lesiones piorreicas la retención debe ser muy duradera, y en algunas circunstancias permanente. Respecto de la influencia que la herencia pueda tener en la retención, hay que decir que si la malposición ha podido ser comprobada en varias generaciones nuestros aparatos retentivos deben permanecer mucho más tiempo del necesario para consolidar de un modo permanente los dientes en la posición deseada.
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