Existe un extendido aforismo vulgar de que las intervenciones dentarias durante el embarazo traen como consecuencia la producción de marcas o señales en el feto, e incluso anomalías en la boca del mismo. A diferencia de esto, totalmente falso, es cierto el dicho de que "cada hijo cuesta a la madre un diente", algo que tiene un fundamento racional. Las caries de la época gravídica son debidas en gran parte a las alteracones moleculares en la estructura y composición química del diente, que se empobrece en sales cálcicas; nuestro cuidados deben ir encaminados a evitar la pérdida de sales cálcicas y reparar las pérdidas sufridas, administrando sales de cal que el organismo sea capaz de fijar.
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