La ciencia ha confirmado la teoría de Subirana: no es el mercurio el que produce la llamada estomatitis mercurial; se han identificado ésta y la úlcera membranosa como de origen común, siendo debidas ambas a la acción de la simbiosis fuso-espirilar, asociación microbiana de un espirilo y del bacilo fusiforme. Conociendo la causa real y contantdo en la actualidad con un medicamento de acción específica sobre las epirilosis, el salvarsan o arseno-benzol, no vacilamos en decir que no debiéramos ver estos casos verdaderamente espantables de trastornos séptico-bucales, aparecidos durante la medicación mercurial o la absorción profesional del metal.
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