El estudio de la anatomía nos enseña las relaciones de los dos maxilares en la infancia y en la vejez cuando han desaparecido los dientes. Puede suceder que al colocar una simple corona se estropeara de tal modo la articulación, dejando muy restringidas las facultades masticatorias del cliente, hasta tal punto que no se pueda hacer correctamente más que los movimientos de oclusión; por esta razón se debe dar tanta importancia a la edad del sujeto como a la articulación normal o anormal en el caso de colocación de una corona y en un conjunto de coronas, es decir, en un puente.
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