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Resumen de Sepsis bucal (continuación).

Enrique Lluria

  • La boca es el foco de sepsis más abandonado e importante del organismo; el agente más importante de sepsis oral es el estreptococo viridans. Todo diente devitalizado debe ser considerado como diente muerto; todo diente muerto puede considerarse como infectado, y si en un momento dado no lo está, siempre es posible el que por vía endógena se infecte. Los abcesos crónicos periapicales son los que requieren más cuidado por ser los que con más frecuencia dan lugar a localizaciones secundarias en otros puntos del organismo. Los rayos X como único elemento de diagnóstico no son suficientes, y con frecuencia dan lugar a errores; un diagnóstico bien hecho debe estar basado en el examen clínico acompañado del examen radiográfico. El odontólogo debe procurar por todos los medios no producir en la boca de sus enfermos focos de infección bajo la excusa de reponer algún diente perdido. El diagnóstico de un foco de sepsis en la boca lo debe de hacer el odontólogo, pero este no debe de formar juicio de la influencia del mismo en la salud del individuo sin consultar con un médico general que vea el problema desde un punto de vista más amplio. Puesto el odontólogo ante la necesidad de hacer un tratamiento de canales o extraer un diente deberá, para tomar una determinación, estudiar el diente como una parte del individuo, y no como un órgano aislado que nada tenga que ver con el resto del organismo. Los gérmenes que anidan en los focos de sepsis de la boca pueden repartirse por vía sanguínea por todo el organismo y localizarse en ciertos tejidos donde desarrollarán un proceso infeccioso. El poder organotrópico de estos agentes parece depender de su virulencia y de su tendencia a fijarse en aquellos lugares en que se encuentra una tensión de oxígeno igual a la que tenían en su punto de origen. Este poder organotrópico es muy poco estable y con facilidad lo pierden las bacterias cuando se las cultiva en medios artificiales. Cultivos de estos gérmenes hechos de una manera adecuada e inyectados en animales, ya sea por vía sanguínea, por vía endocerebral y hasta produciendo en animales focos orales mediante la devitalización de algún diente y su consiguiente infección con gérmenes procedentes de algún cultivo, producen en los animales lesiones semejantes por su localización a aquéllas que padecía el enfermo de donde proceden. Asimismo, frecuentemente enfermos que han resistido todos los tratamientos, pronto ven ceder su mal después de limpiar su boca de todo foco de infección.


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