La esterilización espontánea de una herida infectada es posible por la destrucción natural de la materia orgánica de desintegración, en virtud de un hecho clínico, de una reacción química realizada en condiciones tales que respete la integridad histológica y funcional de los tejidos vivos que la rodean, para que los elementos celulares puedan concentrar todas sus energías en el trabajo de las reacciones reconstructivas.
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