En la moderna traumatología ósea sabemos que existen multitud de complicados mecanismos con que fijar los segmentos de fracturas óseas, restaurando la forma, posición, función, etc. Estos elementos extraños son perfectamente tolerados por el organismo, pero al pasar cierto tiempo, comienza la reacción contra el cuerpo extraño, precisándose una nueva intervención para desalojarlo. Algo parecido debe suceder entre el diente desvitalizado y el ligamento, donde no hay infección y, dada la perfecta adaptabilidad del diente con el alvéolo y ligamento, es muy lógico que no la haya; la reacción, que puede ser completamente aséptica, es sólo cuestión de tiempo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados