En el tubo de Coolidge, los rayos catódicos se producen por la aceleración comunicada a los electrones emitidos por un filamento incandescente contenido en el cátodo, bajo la acción de una tensión continua de hasta 350.000 voltios, aplicada entre el cátodo y el ánodo. La ventanilla a través de la que emergen al exterior los rayos catódicos es de níquel, de espesor parecido al del tubo de Lenard, pero tiene un diámetro de 75 milímetros. El vacío practicado en el tubo es casi perfecto, por lo que la presión exterior que debe sostener la ventanilla de níquel es por lo menos de 100 libras, esfuerzo enorme que no podría resistir sin la adición de una estructura alveolar (en forma de panal de miel) construida en molibdeno que la refuerza suficientemente.
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