En lo que puede ayudar la medicina a la estomatología.

• Autores: Luis Subirana Matas
• Localización: La Odontología: Revista mensual de cirugía y prótesis dental, ISSN 0212-8128, Vol. 36, Nº. 3 (MAR), 1927, págs. 138-150
• Idioma: español
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• Resumen

  • No podemos llamar ortodoncia a aquellas prácticas que no respetan la integridad numérica dentaria de los pacientes en la búsqueda de un "mejor alineamiento" con un criterio meramente subjetivo. La ortodoncia práctica ha de procurar reintegrar a su relación normal el complejo haz de huesos y músculos que constituyen la cara y la cabeza con las muchas y variadas funciones a ellos privativas de expresión de la faz, de masticación, de deglución, de respiración fisiológica, etc. La corrección es posible sin menoscabar el número de dientes; cada uno tiene una arquitectura peculiar para relacionarse perfectamente con el antagonista correspondiente que la evolución le ha dado, y no para hacerlo con el que a su capricho le asigne el ortodoncista. Si tras una extracción, por azar, la boca resulta a la vista menos desordenada en la disposición de sus apéndices, las funciones siempre son imperfectas: el orador salpica con gotas de saliva a los inmediatos oyentes, la respiración deja de ser normal, y la boca permanece abierta durante el sueño. Es sincrónico el crecimiento de los dientes y el resto de los órganos de la cara, siendo por ello proporcionados los tamaños de los huesos y el de los músculos con la suma de los diámetros anteroposteriores de los dientes. La odontología debe pedir a la clase médica que contribuya con su influencia y prestigio en las familias para que los niños cuiden y arreglen su boca, pero evitando la extracción por ignorancia.