La presencia de larvas de mosca en el cuerpo humano constituye un hecho extraordinario. Una niña de cuatro años se presenta en consulta con una tumoración en el lado izquierdo de la bóveda palatina y en la porción comprendida entre el canino superior izquierdo y el velo del paladar. Se observa la existencia de un pequeño foramen por el que sale a intervalos cortos una porción de un cuerpo que tiene propiedades vitales. Lo que en un principio se tomó por una tumoración era una celda mucoperióstica (un capullo formado por tejidos humanos), habitada por un parásito. La larva pertenece a la mosca lucilia macellaria o lucilia carnicera.
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