La supuración alveolo-dentaria se encuentra de manera constante y crónica en la boca de los 2/3 de la población. No siendo considerada más que como un síntoma de la piorrea, prima sobre todos los demás por su tenacidad, frecuencia, resistencia a todos los medios terapéuticos habituales y, sobre todo, por el peligro que representa para todo el organismo. Mientras que los antisépticos persiguen la destrucción de los microbios y desembarazar al organismo de su actividad letal, la vacunoterapia actúa aumentando la defensa general y paralizando la actividad nociva de las bacterias. Las primeras tentativas de vacunoterapia antipiorreica tuvieron como finalidad lograr la inmunización general, no pudiendo conquistar el éxito; nosotros hemos intentado lograr no una inmunización general, sino local. Esta vacuna se comporta eficazmente en todos los casos de supuración bucal.
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