Este artículo mostrará que las versiones estrictas del Igualitarismo Democrático y del Igualitarismo de la Suerte son implausibles ya que defienden una visión monista del objeto de la justicia igualitaria. Por el contrario, sus versiones moderadas son aceptables ya que admiten la composición plural del objeto de justicia igualitaria.
Esta comprensión plural exige, sin embargo, el establecimiento de prioridades normativas ya que las exigencias de cada valor entran típicamente en conflicto. Aquí, se ofrecerán tres argumentos para defender la prioridad del Igualitarismo Democrático sobre el Igualitarismo de la Suerte: uno instrumental, otro relacionado con el significado expresivo de las políticas públicas estatales y un último que justifica la división del trabajo moral igualitarista.
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