A mediados de 1993 la economía española española superó el punto del ciclo en un contexto internacional de reactivación y gracias al proceso de ajuste de muchos de los desequilibrios acumulados en los años anteriores. N elemento clave para ello ha sido la corrección del desequilibrio exterior debida a la contracción de la demanda interna y al impacto positivo de las devaluaciones de la peseta, lo que ha permitido iniciar un ligero crecimiento del PIB desde el tercer trimestre del pasado año y situar a la economía en una trayectoria claramente expansiva desde los primeros meses de 1994. El aumento de la producción, particularmente intenso en el sector industrial, se explica por la prolongación del dinamismo de las exportaciones y por una demanda interna que, aún permaneciendo débil, ha interrumpido su descenso desde el primer trimestre.
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