Tres millones y medio de euros y ocho semanas de rodaje necesitaron nada más Kike Maíllo y Arnau Valls para levantar todo el universo iconográfico de Toro. Hoteles decadentes, playas vacías, hampones devotos del ladrillo y de la Virgen María, y dos hermanos para el recuerdo, interpretados por Mario Casas y Luis Tosar, se dan cita en esta híper violenta y frenética historia de huida y de venganza que inaugurará la 19ª edición del Festival de Málaga de Cine Español.
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