Cristina González Aranda, Montserrat Diéguez Pérez, Joaquín de Nova García, Pedro Molinero Mourelle
La mayor prevalencia de anomalías del desarrollo de la forma que afectan parcialmente a la corona, se corresponden con la entidad conocida como cúspides accesorias o supernumerarias.
Este término se refiere a la presencia de un mayor número de cúspides o a cúspides desproporcionadamente grandes, que alteran la anatomía normal del diente. Ambas pueden aparecer en cualquier grupo dentario. En la literatura están descritos, entre otros, los siguientes tipos: talón cuspídeo, cúspides centrales o intersticiales, tubérculos paramolares, tubérculo de Carabelli, diente evaginado, diente en tecla de piano, diente en destornillador o en clavija.
Algunas de estas anomalías son más que evidentes clínicamente, y otras pueden pasar desapercibidas para el profesional. No existen suficientes datos epidemiológicos para determinar la prevalencia de esta alteración en población infantil. Se desconocen las circunstancias que provocan esta anomalía de forma durante el desarrollo embrionario. Sin embargo, puede ser debida a la combinación de factores genéticos y ambientales que afectan a la actividad de la lámina dental durante la odontogénesis.
El talón cuspídeo se caracteriza por la presencia de una cúspide accesoria que sobresale de la zona del cíngulo o unión amelocementaria, de dientes tanto maxilares como mandibulares.
habitualmente su diagnóstico es casual, ya que suele ser asintomático. La susceptibilidad a caries es mayor, así como el riesgo de lesión pulpar. En raras ocasiones constituye un problema oclusal o estético.
Se presenta el caso de dos pacientes infantiles que acudieron a consulta para revisión odontológica, ambos en dentición mixta 1ª fase. Tras la exploración intraoral rutinaria, se observó la presencia de anomalías del desarrollo que afectaban de manera parcial a la forma de la corona de un solo diente temporal. En uno de los casos observamos una cúspide accesoria en el 54 (Figura 1) y en el otro, un talón cuspídeo en el 53 (Figuras 2 y 3). El hallazgo de ambas anomalías fue casual y los pacientes no presentaban ninguna patología como consecuencia de éstas. A pesar de la baja prevalencia de estas alteraciones en dentición temporal, es posible observarlas en nuestros pacientes infantiles. Su tratamiento será preventivo, si todavía no se ha instaurado una lesión de caries, mediante el uso de selladores.
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