Los partidos políticos han dejado de cumplir funciones representativas significativas para legitimarse a partir de su rol como agencias de gobierno. Esto ha implicado la creciente inter- penetración entre partidos y estados, así como la concentración de recursos en los líderes que ocupan cargos ejecutivos. En el contexto latinoamericano, estas características alcanzan mayor intensidad en los partidos de gobierno de países en los que se ha producido el colapso o la dilu- ción del valor de la etiqueta de los partidos tradicionales. En estos casos, el presidente controla al partido de gobierno, mientras la estructura partidaria realmente existente se constituye sobre la base de las redes reclutadas por el líder electo para el ejercicio del gobierno.El argumento central del artículo consiste en que el peronismo es la única fuerza política que ha logrado adaptarse exitosamente a las condiciones de la competencia electoral en la Argentina contemporánea. La autonomía del presidente en términos de orientación de políticas públicas frente a una máquina partidaria sostenida sobre la base del control de los estados subnacionales hace posible escindir la legitimidad del partido respecto a la de su coyuntural liderazgo. Esto provee al peronismo de un exitoso mecanismo de preservación, excepcional en el contexto latinoamericano.
Political parties have ceased fulfilling substantial representative functions. Their legitimacy lies now on their role as governmental agencies. This led to an increasing interpenetration between parties and the states, and to the empowerment of those leaders that occupy executive offices. In the Latin American context these features are particularly intense in the case of ruling parties in countries where traditional parties collapsed or suffered significant brand dilution. In these cases the president controls the ruling party, while the «really existent» party organization is built up on the basis of networks recruited by the elected leader to run the government. The central argument of this article is that Peronism is the sole political force which has managed to adapt successfully to the conditions of electoral competition in contemporary Argentina. The president´s autonomy in terms of public policies´ in relation to a political machine sustained on the basis of the control of sub-national states makes it possible to disentangle the legitimacy of the party from that of its current national leadership. This scheme provides Peronism with a successful self-preservation mechanism, which is exceptional in the Latin American context.
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