La democracia interna ha llegado por fin al monolítico Partido Revolucionario Institucional. Ése es, al menos, el mensaje que se desprende de las primeras elecciones primarias que se celebrarán en la historia del partido, de las que saldrá su candidato presidencial, que hasta ahora era designado a dedo. Millones de mexicanos desconfían de esa rápida democratización interna y observan atónitos la pelea de gallos entre los candidatos priistas, que ofrecen pocas soluciones para los graves problemas del país.
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