Entre los países occidentales, España se incorpora con dierto retraso a la confección de sus primeros censos modernos de población. La Comisión de Estadística general del Reino –creada en 1856– se muestra muy lejos de la autoindulgencia respecto a los resultados de sus trabajos geodemográficos iniciales. Para sus dos primeros censos (1857 y 1860) la Comisión sólo ofrece la población de hecho, no define adecuadamente la valoración de la población económicamente activa, y, sobre todo, confiesa su insuficiente credibilidad respecto a la exhaustividad de la población empadronada. La segunda parte del artículo estudia una de las primeras variables sociales introducidas en los censos, la frecuentación escolar y la alfabetización;
en ambos casos son determinantes las acusadas diferencias de género, de habitat y territoriales
The production of the first modern population censuses in Spain began with relative delay. The Spanish Statistics Commission – created in 1856 – is far from being autoindulgent when it comes to the results of its original geodemographic works. In its first two censuses (1857 and 1860), the Commission only offered the de facto population. It did not adequately define the concepts of economically active population and recognised its lack of credibility regarding the exhaustiveness of the registered population. The second part of the article studies one of the first social variables to be introduced in the census: school enrolment and literacy. In both cases, there are marked diferences in gender as a result of the discrimination against girls and women in education
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