Recientes investigaciones muestran que es posible mejorar las capacidades físicas y cognitivas del ser humano mediante técnicas de carácter científico. Una de las facetas del ser humano es su capacidad moral y nuevas corrientes del ámbito de la psicología experimental y la neurociencia sostienen que mediante la intervención a nivel neurológico también podría mejorarse la capacidad moral del ser humano. Sin embargo el fenómeno moral es un fenómeno complejo en el que intervienen diversas dimensiones.
Multitud de autores clásicos y contemporáneos de diferentes disciplinas han argumentado que las emociones juegan un papel fundamental en la formación de los juicios morales y también en la forma en que los seres humanos hacen juicios de valor. Esta aseveración plantea la pregunta de si para mejorar al ser humano moralmente sería suficiente con influir en las emociones mediante el uso de sustancias químicas o si el progreso moral se lograría mediante una correcta educación de las emociones.
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