Las bibliotecas públicas viven inmersas en un proceso de constante cambio propiciado por diferentes aspectos como son los nuevos hábitos de los usuarios, la realidad económica y, como no, la evolución de las nuevas tecnologías. Este último es uno de los factores más importantes en los cambios que las bibliotecas están experimentando y en el caso de la música es especialmente significativo al estar relacionado con las nuevas prácticas de los usuarios.
Plataformas como YouTube o Spotify, conceptos como el streaming, son fenómenos novedosos que influyen directamente en los tres ejes que fundamentan la labor de los bibliotecarios, musictecarios en este caso: la prescripción documental, la difusión de la música y la hibridación de la colección presencial con la virtual.
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