En la antigua Roma, a pesar de que la sociedad estaba caracterizada por el papel protagónico de los hombres y no se permitía a las mujeres el ejercicio de cargos públicos, hubo épocas en que pudieron ejercer la abogacía ante los tribunales. Varios autores recuerdan casos célebres en los que mujeres como Amasia Sentia y Hortensia fueron abogadas, y también consignan la historia de Caya Afrania, cuyo temperamento supuestamente originó el edicto que prohibió a las mujeres actuar por otras personas ante los tribunales.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados