Laura Cámara López, María Jesús Palacios Sánchez
La conservación de un monumento urbano no solo depende de la estabilidad y durabilidad de los materiales con los que ha sido fabricado, sino que se ve expuesto a deterioros condicionados por su exposición al aire libre y, por consiguiente, al vandalismo.
Este texto se centra en el caso de la obra Estructura del tiempo, de Luc Huijbregts, inaugurada en Jaén en 1999. Esta escultura no solo es exponente del deterioro de sus materiales, sino que presenta otros condicionantes para su deficiente conservación, como la mala gestión o la falta de protección. No se trata de un caso aislado en la ciudad, sino que otras obras han sido víctimas de estas mismas cuestiones, lo cual ha llevado a su desaparición.
De esta forma, se pretende dotar de visibilidad a obras que, a pesar de estar exhibiéndose ante todos, acaban pasando desapercibidas, siendo olvidadas y finalmente destruidas.
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