Enorme encanto, contagiosa simpatía, sonrisa efervescente e inconfundible forma de hablar. Esos eran los cuatro atributos característicos de June Allyson, aunque, a decir verdad, en España nunca pudimos escuchar su auténtico tono de voz. El doblaje de sus películas efectuado en los Esutios de la Metro de Barcelona, nos la presentó como la clásica jovencita americana que hablaba de la misma forma suave y delicada que lo hacían Ann Blyth, Elisabeth Taylo, Jane Powell y demás estrellitas contratadas en aquellos años por dicha Produictora. Encantadora la voz que le prestaron, pero nada que ver con la suya real -ronca y casposa- que siempre fue parte inseparable de su arrolladora personalidad.
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