Ouka Leele y Bárbara son la misma. No hay un personaje tras el que se esconda una de la otra, aunque curiosamente, y en un momento del largometraje, se desdobe para ejercer una peculiar autoentrevista. Rafael Gordon se ha pasado cinco años realizando este cuidado retrato de una artista especialmente dotada para el retrato. La capacidad de Ouka para comunicar ha llevado a que en la presentación de la carrera comercial de la película, se encontrara con antiguos alumnos, pero también con aquellas profesoras que la ayudaron a marcar su camino décadas atrás.
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