La lírica de nuestra lengua tiene una obsesiva inclinación al tema de la muerte, la nostalgia y el recuerdo. Que se deshojan las mejillas de las muchachas. Que vuela de nuestras manos la súbita mariposa del instante. Que todo nos deja entre los labios un sabor a ceniza. Que en la manzana habita el gusano. Que la rosa también "pierde sus mejillas sobre el césped". Que todo se derrumba: los imperios y las beldades, los sueños, los amores, las banderas y las torres que desprecio al aire fueron".
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