Ciudadanos senadores. Después de la pérdida de una batalla, tienen que responder de su conducta el Jeneral i los jefes, bajo cuyo mando se comprometió la suerte de la República; i la Nación tiene el deber de ecsaminar si es una traicion o solo cobardía de la tropa la que ocasionó la victoria del enemigo, o si en medio de ese desastre la desventaja la produjo únicamente la mayor pericia, o una posición insuperable e imprevista al ejército que sucumbió.
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