No obstante el ambiente de nuestro siglo tan dominado por el maquinismo, saturado de angustia, entregado a la afanosa actividad exterior, preocupado casi exclusivamente por la conquista de lo positivo, alérgico a los valores del espíritu, a la vida interior, no faltan cultivadores de las disciplinas filosóficas, y harto destacados como para imponer su nombre y tener muchos y muy asiduos lectores.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados