A estas alturas del siglo, y por ampliación de la historia, si ya nos resulta difícil creer que convicción y convención son dos cosas diferentes, pretender que "de la discusión sale la luz" supone un acto de fe dogmático digno de la más pura voluntad. No hay más que echar un vistazo a la historia de la filosofía o a la historia de la política para darse cuenta que el pretendido progreso de la humanidad no es más que un juego de palabras en el mejor de los casos, es decir, en el caso eficaz que es el único que hace historia.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados