Los árboles son hijos del viento que transporta las semillas. En los valles anda de prisa, tanto que a veces alcanza a los trenes y a la melena de los caballos que espanta la algarabía de los pasajeros. Como los trenes, el viento tiene una frente de humo. De niebla como las montañas. ¿Pensará el viento?
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados