Más allá del formalismo jurídico-constitucional, el Parlamento vive tiempos de incertidumbre que exigen su adaptación a la democracia mediática. Se han escrito monografías rigurosas sobre las relaciones entre Ejecutivo y Legislativo, pero (para bien o para mal) la perspectiva del jurista, e incluso la del politólogo, necesita el complemento de los especialistas en comunicación. Aunque parezca sorprendente, la institución parlamentaria puede salir reforzada como centro y eje de la vida política.
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