La cartografía convencional nos ofrece, a través de una proyección geográfica ortogonal (cenital), una visión del territorio que resulta tan práctica desde el punto de vista técnico como alejada de nuestra percepción habitual del mismo. En sus orígenes, las representaciones cartográficas procuraban asemejarse más a la percepción humana del territorio, representando panorámicas, o las formas más significativas del relieve desde una perspectiva oblicua o intermedia. Aunque actualmente estamos habituados a leer e interpretar mapas elaborados a través de proyecciones ortogonales, muchas personas tienen dificultades para orientarse con un mapa, y más aún para localizar las referencias de éste sobre el territorio que perciben a través de su visión. El Sistema de Visibilidad de Andalucía (SVA), desarrollado recientemente en el seno de la REDIAM, contiene datos que determinan cuantitativamente las relaciones visuales existentes o potenciales entre los distintos puntos del territorio andaluz. Haciendo uso de estos datos, se ha desarrollado un conjunto de algoritmos que permiten transformar la proyección panorámica tal y como es captada por la visión humana, en una proyección geográfica cenital y viceversa. De este modo, y partiendo de un punto de observación conocido, es posible obtener las coordenadas de cualquier otro punto que sea visible (o fotografiable) desde el primero, pudiendo representarse con precisión en un mapa. Asimismo estos algoritmos permiten trabajar en sentido contrario, localizando en una fotografía convencional cualquier punto que señalemos sobre un mapa de la zona, conociendo simplemente las coordenadas GPS desde donde la fotografía haya sido captada, información que cada vez más dispositivos fotográficos insertan de forma automática (geotagging). Utilizando estos algoritmos, se ha desarrollado un visor geográfico de doble pantalla (HTML5), donde partiendo de cualquier cartografía, y fijando un punto de observación, puede representarse una imagen panorámica esquemática de tal y como sería percibida visualmente por un observador o captada por una fotografía convencional. Dado que cada punto del plano cartográfico tiene correspondencia conocida en la representación panorámica oblicua, se puede representar en dicha imagen cualquier atributo contenido en la cartografía. El mismo visualizador sirve para localizar en un plano la situación de cualquier punto que señalemos en una fotografía oblicua convencional, tras corregir ciertas deformaciones. De este modo se consigue, de manera automatizada y con gran precisión, simplificar sustancialmente la interpretación de cartografías sobre el terreno, y facilitar con ello la propia interpretación del territorio a los usuarios del paisaje.
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