José Luis Anta Félez, Matilde Peinado Rodríguez
La cultura occidental se ha construido sobre dualismos referenciales: yo/otro, mente/cuerpo, cultura/naturaleza, hombre/mujer, civilizado/primitivo, realidad/apariencia, todo/parte, agente/ recurso, constructor/construido, activo/pasivo, bien/mal, verdad/ilusión, total/parcial. Así nace el cyborg, mitad máquina, mitad humano, como paradigma de la lucha contra la informática de la dominación: El cyborg es una criatura en un mundo postgenérico: máquina/ordenador/red y mujer comparten similitudes miméticas en cuanto a flexibilidad, fluidez y plenipotencialidad, lo que hace que surja una alianza entre máquinas y mujeres. Hombre y mujer, macho y hembra, masculino y femenino. La tecnología cyborg rompe cualquier tipo de dualismo perfecto en los que se ha basado la cultura occidental, porque el género cyborg diluye el sexo en la complejidad fluida de las redes y deja de ser la identidad de referencia, la explicación totalitaria de la vida. Dona Haraway pide la construcción de un ciberfeminismo socialista, que recupere el cuerpo de la mujer para la mujer, un cuerpo que, entroncando con la dialéctica feminista tradicional y contemporánea, ha sido poseído de múltiples formas y definido por la cultura del patriarcado. Comprender y analizar críticamente el ciberfeminismo nos proporciona un corpus teórico desde el que reflexionar en torno a los cambios y continuidades de los discursos articulados en torno a la idea de representación femenina y su capacidad para generar un debate sugerente, multifuncional y didácticamente coherente en materia educativa.
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